El vidrio laminado es un tipo de vidrio de seguridad que se compone de dos o más capas de vidrio unidas mediante una lámina intermedia de material plástico, generalmente de polivinil butiral (PVB). Este proceso de laminación permite que, en caso de rotura, los fragmentos de vidrio queden adheridos a la lámina, evitando que se dispersen y reduciendo el riesgo de lesiones. Además de su capacidad para prevenir accidentes, el vidrio laminado ofrece propiedades de aislamiento acústico, protección contra rayos UV y mayor resistencia frente a intentos de intrusión. Es ideal para aplicaciones donde la seguridad y la durabilidad son primordiales, como fachadas, techos y ventanas.
Los principales beneficios del vidrio laminado son:
Seguridad: En caso de rotura, los fragmentos permanecen adheridos a la lámina plástica, reduciendo el riesgo de cortes o accidentes graves.
Resistencia: Ofrece mayor resistencia frente a impactos, reduciendo las posibilidades de rotura en comparación con el vidrio común.
Aislamiento acústico: Ayuda a reducir el ruido exterior, mejorando el confort en interiores.
Protección UV: Bloquea hasta un 99% de los rayos ultravioleta, lo que protege muebles, cortinas y otros objetos del desgaste causado por la exposición al sol.
Seguridad ante intrusión: Debido a su estructura, es más difícil de atravesar, lo que lo convierte en una opción ideal para aumentar la seguridad en ventanas y puertas.
Durabilidad: Ofrece mayor resistencia a condiciones climáticas adversas, como vientos fuertes, granizo o cambios extremos de temperatura.
Estética: Puede utilizarse en una amplia variedad de aplicaciones arquitectónicas sin sacrificar la estética, ya que mantiene la transparencia y la claridad del vidrio convencional.
Aplicaciones Recomendadas:
Puertas de vidrio: En entradas principales o interiores donde se busca mayor seguridad y resistencia ante golpes.
Barandas y balcones: Proporciona seguridad sin sacrificar la estética, permitiendo vistas despejadas y protección frente a caídas.
Techos y lucernarios: Utilizado en cubiertas de vidrio que permiten la entrada de luz natural mientras protegen de impactos y filtran los rayos UV.
Vidrieras de tiendas: Protege los escaparates de intentos de robo o vandalismo, manteniendo la visibilidad de los productos expuestos.
Mamparas de baño: Ofrece resistencia a roturas en caso de golpes y asegura la protección de los usuarios.
Automóviles: Utilizado en parabrisas para mejorar la seguridad de los pasajeros en caso de impacto.
Edificios públicos y escuelas: Proporciona un entorno más seguro al reducir el riesgo de accidentes con vidrios.
Cámaras acorazadas y bancos: Usado en combinación con vidrios más gruesos para proteger ante intentos de intrusión o vandalismo.
Diseño interior: Para divisiones de ambientes, puertas correderas o paneles decorativos donde se busca seguridad sin comprometer el diseño.
Las especificaciones técnicas del vidrio laminado pueden variar según el tipo de vidrio y su uso, pero en general incluyen:
Composición:
Espesor total:
Peso:
Resistencia a impactos:
Aislamiento acústico:
Transmisión de luz:
Protección UV:
Temperatura de trabajo:
Clasificación de seguridad:
Resistencia a condiciones climáticas:
Estas especificaciones técnicas pueden ajustarse según las necesidades del proyecto y la normativa aplicable en cada región.
Vidrio Laminado 3+3: Compuesto por dos capas de 3 mm de vidrio con una lámina intermedia de PVB, ideal para aplicaciones que requieren seguridad básica y protección frente a impactos leves.
Vidrio Laminado 4+4: Con dos capas de 4 mm de vidrio, ofrece mayor resistencia a golpes y un mejor aislamiento acústico, recomendado para fachadas y ventanas.
Vidrio Laminado 5+5: Dos capas de 5 mm de vidrio para una protección superior, ideal para áreas donde se necesita máxima seguridad, como techos, barandas o áreas de alto tránsito.
Vidrio Laminado Tonalizado: Además de la seguridad, este vidrio cuenta con una tonalización que reduce la entrada de luz solar y mejora la privacidad, siendo ideal para ventanas exteriores y fachadas.